A las cuatro y un minuto de la tarde del domingo 2 de mayo de 1982, dos de los tres torpedos disparados por el submarino nuclear Conqueror dieron en la proa y casi en el centro del crucero "General Belgrano". Veintidós minutos después, herido de muerte, el Belgrano se inclinaba hacia el mar que sería su tumba. A las 16.23, el comandante del barco, Héctor Bonzo, dio la orden de abandonar el buque. A las cinco de la tarde, con nueve mil toneladas de agua a bordo, el Belgrano se hundió lentamente. Llevaba 1.093 tripulantes. Murieron 323. La guerra de Malvinas, que había estallado el día antes, casi un mes después de la recuperación de las islas, se había cobrado su primera gran cuota de sangre.Durante la guerra y la posguerra, y aún muchos años después de los hechos, la odisea del Belgrano fue presentada siempre como un ataque artero de los británicos ante un buque inerme que navegaba fuera de la zona de exclusión de Malvinas, decretada por Inglaterra. Esa visión, fruto de la propaganda de las autoridades militares de la dictadura, colocó al Belgrano casi en la categoría de mito.Los sobrevivientes, sin embargo, siempre afirmaron que el barco, torpedeado a unos cuatrocientos kilómetros de Malvinas y casi a otro tanto de la Isla de los Estados, no hacía un crucero turístico por esa zona de aguas heladas: intentaba localizar y atacar a la fuerza de tareas británicas despachada para recuperar las islas. Y su hundimiento fue una acción de guerra como cualquier otra.La desclasificación de documentos secretos británicos y la publicación de la historia oficial inglesa de la guerra de Malvinas escrita por sir Lawrence Freedman ("The Official History of the Falklands Campaign") da apoyo a los argumentos de los sobrevivientes del buque.Los británicos admiten que temían un ataque a su flota por parte del Belgrano y del portaaviones "25 de Mayo". Sabían que el "25 de Mayo" era un buque viejo y con fallas mecánicas, en especial en su sistema de propulsión, pero les preocupaba que, desde su cubierta, despegaran algunos de sus aviones Skyhawk, o algún Super Etendard armado con misiles Exocet.El jefe de las fuerzas navales británicas, almirante John "Sandy" Woodward, contaba con precisos informes de inteligencia sobre los movimientos argentinos. El 30 de abril, los británicos sabían que la flota argentina se había dividido en tres grupos, conocían la zona en la que esos grupos navegaban y, según revela Freedman en su obra, tenían la certeza de que al sur de Malvinas "estaba el TG79.3, que comprendía al Belgrano, junto a dos destructores armados con Exocet y a un buque tanque".Según afirmó el comandante del Belgrano, Héctor Bonzo, en un reportaje a este diario la flota argentina preparaba un ataque a los buques británicos que daban apoyo al bombardeo a Puerto Argentino. Las órdenes del vicealmirante Juan José Lombardo dadas a las 19.03 del 1ø de mayo fueron interceptadas por los ingleses a los pocos minutos. Para entonces, hacía ya siete horas que el Conqueror había divisado al Belgrano y lo seguía en una cacería mortal.El informe que la Task Force británica recibió sobre la ofensiva argentina decía, según revela Freedman: "(...) Se cree que un gran ataque argentino está planeado para el 2 de mayo. El Belgrano se despliega para atacar al sur de las Falklands. El "CVA group" (por su sigla en inglés, el portaaviones y sus buques escolta, que navegaban al norte de las islas) está desplegándose dentro de la zona de exclusión durante el anochecer, para lanzar un ataque aéreo contra la Task Force británica a primera luz del día".Según los británicos, el viento dejó de correr en forma imprevista a las diez de la noche del 1ø de mayo: el lanzamiento de los aviones Skyhawks argentinos se hizo imposible. Al mismo tiempo, un Sea Harrier inglés había divisado en la noche a parte de la flota argentina. El Belgrano recibió la orden de cambiar su rumbo hacia el oeste. A las 5 y 11 del 2 de mayo, el crucero orientó su proa hacia la Isla de los Estados, seguido desde la profundidad por el Conqueror.A las dos y diez de la tarde del domingo 2 de mayo, el Conqueror recibió la autorización para atacar al Belgrano. Una hora y cuarenta y siete minutos después disparó sus tres torpedos.La guerra de Malvinas ya no tenía retorno.
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