El atentado contra Ronald Reagan.

Han pasado tres décadas desde el 30 de marzo de 1981, el día en que una bala alcanzó el pulmón izquierdo del ex presidente Ronald Reagan, y la efeméride ha encendido un debate que ya coleaba en el Congreso- el del control de armas. Eran las 2.27 de la tarde en Washington cuando un hombre de 25 años, John Hinckley Jr., apuntó hacia Reagan mientras éste se dirigía a una limusina desde el céntrico hotel Hilton, y abrió fuego a unos seis metros de distancia del presidente, que se recuperaría de la herida tras una operación. Los disparos alcanzaron también al agente del servicio secreto Timothy McCarthy, al policía Thomas Delahanty y al entonces portavoz de la Casa Blanca, James Brady, quien fue herido en la cabeza y padece de lesiones cerebrales permanentes. Brady, convertido desde entonces en un ferviente defensor del control de armas, aprovechó el aniversario para exigir al Congreso que refuerce la legislación en esta materia, especialmente a la luz de sucesos como el tiroteo del pasado enero en Tucson (Arizona), que dejó gravemente herida a la congresista demócrata Gabrielle Giffords. “Yo no estaría aquí, en esta maldita silla de ruedas, si tuviéramos leyes que atendieran al sentido común”, dijo Brady, de 70 años, en una conferencia de prensa en el Capitolio. El ex portavoz de Reagan compareció junto a su esposa, Sarah, y el senador Frank Lautenberg y la congresista Carolyn McCarthy, ambos demócratas, que pidieron apoyo a un proyecto de ley que ellos mismos presentaron en sus respectivas cámaras dos semanas después del tiroteo de Tucson.



La medida prohibiría las armas con recámaras de munición amplia, que puedan almacenar de 30 a 100 balas, con el fin de evitar sucesos como el de Tucson, en el que el acusado, Jared Lee Loughner, disparó 32 balas en apenas 16 segundos. Además, Brady apoya otra propuesta de ley que exige una revisión del historial de todos aquellos que quieran comprar pistolas, incluidos quienes lo hacen en las ferias de armas. Preguntado por lo que recuerda sobre aquel 30 de marzo de 1981, Brady, que sufre de dificultades en el habla, evocó la impresión de “no ser la misma persona que era antes". “Yo solía ser un corredor de fondo. Ya no. Pero no voy a huir de este problema”, aseguró. Reagan murió el 5 de junio de 2004 en su residencia de Los Ángeles, con 93 años y tras sufrir Alzheimer durante los últimos diez años de su vida.

La actriz Jodie Foster

Por su parte, Hinckley, quien confesó haber atentado contra el presidente para atraer la atención de la actriz Jodie Foster, fue declarado “no culpable” en junio de 1982 debido a su locura y está ingresado desde entonces en un hospital psiquiátrico.
-Fuente: http://bit.ly/kcEc5n