El Papa de Hitler en los altares

Cuando el historiador John Cornwell, del Jesus College de Cambridge, decidió escribir El Papa de Hitler, tenía la intención, avalada por el Vaticano, de disipar cualquier atisbo de sombra acerca de la pretendida colaboración de Eugenio Pacelli con los nazis. Cornwell, a medida que indagaba en la terrible historia europea de la década de los treinta y cuarenta, descubrió a un Pío XII complaciente con Adolf Hitler, hasta el extremo de anular cualquier oposición al nacionalsocialismo por parte de los católicos alemanes y, al final, mantener un espeso y ominoso silencio ante el Holocausto judío. El libro del historiador católico británico vale la pena leerlo ahora que el sucesor de Pío XII, el alemán Ratzinguer, pretende impulsar su proceso de beatifición. Como siempre, el Vaticano no tiene reparos en falsificar la historia para dejar en buen lugar a uno de sus pontífices, en este caso a quien más y mejor encarnó el poder absoluto del papado.

Las simpatías de Pío XII por Alemania venían de lejos, de sus tiempos de nuncio en Berlín, y siempre se opuso a que Roma condenase al régimen nazi. Llegó hasta donde fue preciso para evitar el choque con Hitler, con quien firmó un concordato, incluso dejando sin publicar una encíclica que su predecesor, Pío XI, había decidido dar a conocer poco antes de su muerte, en febrero de 1939. La Humani Generis Unitas, ("La unidad del género humano"), era un alegato de condena, prudente, pero taxativo, de la política racista y antisemita de Hitler, mucho más contundente que el enunciado en una encíclica anterior de Pío XI, la Mit Brennender Sorge, ("Con sentida preocupación"), en la que todavía se resaltaba la infidelidad del "pueblo elegido que no cesa de alejarse de su Dios". Elegido Pacelli, se apresuró a olvidarse de la encíclica, puesto que lo fundamental era su entente con Hitler, que mantuvo invariable hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, a pesar de que sabía perfectamente lo que ocurría en los campos de exterminio de Europa.
En defensa de Pío XII se ha argumentado que sigilosamente ayudó cuanto pudo a los judíos. ¿Qué hubiera sucedido si esta sigilosa ayuda se hubiera trasmutado en una condenada pública y potente, a través de los micrófonos de la radio vaticana y los púlpitos de las iglesias de Europa, a lo que los nazis estaban haciendo con los judíos? Nunca la hubo. Eugenio Pacelli permaneció en silencio, pese a las múltiples presiones que se hicieron al Vaticano para que alzara la voz. Siempre se mantuvo fiel al concordato firmado con Hitler, a pesar de que éste no dudó en vulnerarlo en todas las ocasiones que lo consideró necesario. Para Hitler fue papel mojado. Para Pío XII una prueba de que su política de entendimiento con el Tercer Reich era un éxito; a él lo supeditó todo, hasta su deleznable silencio.

Sólo una cosa más: en su visita al campo de exterminio de Auschwitz, Benedicto XVI se preguntó, sinceramente conmovido por la maldad que en él sigue anidando, dónde estaba Dios cuando se perpetró el Holocausto. La retórica pregunta del pontífice evidentemente carece de respuesta, pero sí la tendría la de haberse preguntado dónde estaba su predecesor, Pío XII, cuando los judíos -también los gitanos- desaparecían gaseados a millones.

Fuente: http://www.diariodemallorca.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2008102000_5_402295__Opinion-Papa-Hitler-altares
-La vida de Pio XII en cómic
-http://www.conoze.com/doc.php?doc=712
-Pio XII no era ningún nazi
-Documental - Pio XII, el Papa de los Judios y los nazis (1/6) (2/6) (3/6) (4/6) (5/6) (6/6)
-Descargate el documental- Pío XII: El Papa, los Judíos y los Nazis - Enigmas Siglo XX (Español/Ingles) [RS/MU]

¿Podría Júpiter convertirse en un segundo Sol del Sistema Solar?


Existen varios rumores con respecto a una inminente ignición de Júpiter, lo cual llama de forma extraordinaria la atención, debido a que se sabe que Júpiter está compuesto mayoritariamente por Hidrógeno (80%), Helio (17%) y trazas de otros elementos y compuestos químicos. Si bien el Helio no es inflamable, el Hidrógeno lo es. Entonces, sólo bastaría con colocar un fósforo a Júpiter para que comience un colosal proceso de ignición que finalmente produzca un segundo sol en nuestro Sistema Solar. Esto suena terrorífico, ¿no?.
Algunos textos rezan que la ignición estaría cerca, debido a que alguna luna volcánica de Júpiter podría lanzarle elementos candentes que pudieran producir finalmente su ignición. Pero, si sólo bastara una minúscula chispa para encender Júpiter, ¿por qué no sufrió una ignición durante la colisión del fragmentado cometa Shoemaker-Levy 9, en 1994?.

Júpiter en el horizonte

Recordemos que este 'cometa' en realidad constaba de 11 fragmentos que poseían entre 2 y 4 kilómetros de diámetro a la hora de su entrada a la supuestamente inflamable atmósfera jupiteriana. Estos tamaños son más que suficientes como para que hayan adquirido la energía suficiente para realizar cualquier proceso de ignición.

La respuesta a esta inconsistencia es muy directa y consisa: el hidrógeno, si bien es inflamable en condiciones normales, no lo es en Júpiter debido a sus condiciones de presión, densidad y temperatura. Además se necesita de un 'comburente' para realizar el proceso (por ejemplo, el oxígeno es un comburente de uso común).

Júpiter posee una temperatura superficial media de 150 K (~ -120 °C) y temperatura nuclear de 36.000 K. Evidentemente ningún proceso conocido podría generar una cadena autosustentable de reacciones que emitieran energía, puesto que los cuerpos más pequeños que emiten son llamados 'Enanas Café' y poseen condiciones bastante distintas a la de Júpiter.

Las Enanas Café tienen masas entre 13 y 80 masas jupiterianas, y temperaturas nucleares típicamente de 3.000.000 K. Las menos masivas fusionan Deuterio, y las más masivas fusionan Litio en elementos más pesados para generar luz, pero aún así todas estas son al menos 100.000 veces menos luminosas que nuestro Sol.

Sólo estrellas más masivas (como el Sol, por ejemplo) pueden usar el hidrógeno para generar elementos más pesados y así liberar energía. Entonces, si el hidrógeno no pudiese inflamarse, tampoco se podría fusionar para emitir luz, en las condiciones de Júpiter.

Más aún, Júpiter posee una exótica lluvia interna de hidrógeno y helio líquidos, lo cual no existe en enanas café. Luego, las diferencias entre Júpiter y las Enanas cafés son evidentes, por lo que se puede descartar de plano la posibilidad de ignición.

Evidentemente la emisión de energía de las estrellas corresponde a procesos nucleares y no puede ser asociado con un simple fósforo que provoca la combustión de un globo de hidrógeno (...en condiciones normales, por supuesto y en presencia de un comburente).

Escrito por José Ojeda, quién es Licenciado en Ciencias Físicas de la U. de Concepción.

Fuente: http://www.redastro.cl/noticias/detalle.php?noticia=429
-Documental . Júpiter, el planeta gigante


La influencia de la prensa en el estallido de la Guerra de Cuba


Insaciable en sus ambiciones y falto de cualquier escrúpulo,William Random Hearst convirtió a los medios de comunicación en el cuarto poder, capaz de influir en la política, la opinión pública, los negocios e incluso en el devenir de la historia
"Tú haz los dibujos, que yo pondré la guerra”, le espetó William Random Hearst, que en aquel momento era uno de los magnates de la prensa más importantes de los Estados Unidos, a uno de sus dibujantes. Pocos días antes, lo había enviado a La Habana con la misión de que enviara material gráfico al New York Journal para ilustrar el conflicto que desde hacía algún tiempo se libraba en las páginas de aquel diario. Corría 1898, Cuba era entonces una colonia de la corona española y su sociedad se hallaba dividida entre quienes querían seguir perteneciendo a España y quienes deseaban la independencia, que habían comenzado a protagonizar revueltas.

Estados Unidos seguía de cerca los acontecimientos que se sucedían en la isla y, desde los diarios que controlaba Hearst, se hablaba de insurrecciones, de luchas encarnizadas; de campos de concentración en los que los las tropas españolas dejaban a los insurgente cubanos morir de hambre y de enfermedades; de inseguridad y de amenazas para los ciudadanos estadounidenses que se habitaban en la isla; así como otras historias exacerbadas y generosamente aderezadas con dosis de efectismo y morbosidad.

Y sin embargo, cuando el dibujante del New York Jounal desembarcó en la capital cubana no se encontró con la situación crispada que se explicaba en su diario. De hecho, no halló suceso alguno que retratar. Todo estaba tranquilo, en calma, por lo que, completamente estupefacto, envió un telegrama a Hearst pidiéndole permiso para regresar a Nueva York. Pocos días después, llegó la respuesta del magnate: “Yo hago las noticias”. Y eso fue justamente lo que hizo: alimentó una guerra, un conflicto armado entre EEUU y España que acabaría con la obtención de la independencia de la isla y que supondría el fin de la hegemonía española sobre las últimas colonias que poseía en Asia y América, que pasarían a estar bajo dominio de los Estados Unidos.

Con aquella guerra, Hearst demostró por primera vez el poder de la prensa, capaz de influir en el destino de la política y de los negocios. Era un personaje controvertido, capaz de dejar a un lado los escrúpulos con tal de vender más diarios; de alterar hechos, maquillarlos para que resultaran más escandalosos y truculentos, e incluso de provocarlos para que su diario fuera el primero en publicarlos. Imprimía a las noticias un estilo sensacionalista acusado y apostaba por temas que tenían que ver con crímenes, sucesos e historias pseudocientíficas, que a menudo acompañaba de periodismo de investigación al total servicio de su ideología y ambiciones políticas.

Por el sesgo de sus diarios y sus artículos, lo acusaron de xenofobia y de estar contra las minorías; de apoyar al gobierno nazi y de preparar el camino para la caza de brujas. Pero, lo cierto es que Hearst, en tan sólo tres décadas, consiguió revolucionar la manera de hacer y de consumir periodismo; construyó un vasto imperio de medios de comunicación, el más grande monopolio de todos los tiempos, desde el que tripulaba, en buena medida, el curso de la historia. Y muchos de los diarios y revistas que creó siguen existiendo hoy en día y gozan de gran popularidad y prestigio.

(Reportaje publicado en la revista Historia y Vida, nún 489)

-Fuente: http://cristinasaez.wordpress.com/2008/12/01/hearst-o-como-se-gesto-la-guerra-de-cuba/

-http://www.eldesastredel98.com/capitulos/prensa.htm

La foto de Eisenstaedt


Si en su día la foto que inmortalizó el izado de la bandera de Iwo Jima significó para el mundo (o más bien para los Estados Unidos) el fin de la guerra en forma de esperanzadora victoria, esta foto no es menos digna de tal simbología, pero esta vez de verdad. La foto de Iwo Jima fue, en cierto modo, una farsa, porque la guerra aún estaba a varios meses de su conclusión y su famoso izado sólo hizo que la gente creyera algo que no era cierto.

Esta foto que hoy nos ocupa, ‘VJ day in Times Square’, es una foto de victoria y esperanza en toda regla. Aquí la guerra sí ha terminado. La sangrienta, cruel, devastadora y dantesca II Guerra Mundial ha sido concluida. Y la alegría, esta vez real, desatada e impulsiva, es lo que se ve al mirar esta imagen que ha pasado a la historia como eso precisamente: como el ataque más sincero de una alegría largamente deseada. Y lo de impulsiva lo digo al pie de la letra: en un súbito arranque de alegría, un soldado toma entre sus brazos a una sorprendida (y desconocida) enfermera en plena, festiva y abarrotada Times Square y le da un apasionadísimo beso en los labios fruto de la euforia más desenfrenada. Las calles estallan de júbilo a su alrededor, la magia lo impregna todo y un fotógrafo avezado está presto al disparo instantáneo de su cámara. La magia hace el resto y la imagen es ya parte de la historia del hombre del siglo XX. Así se le mostró al mundo cómo USA celebraba la victoria de su ejército sobre las tropas de Japón.

El fotógrafo era Alfred Eisenstaedt, pero ¿quiénes fueron los protagonistas de tan apasionado momento? Durante muchísimos años su identidad ha sido un auténtico misterio, al menos hasta que en el año 1979 una mujer, de nombre Edith Shain, asegura ser la enfermera besada (dice del beso que duró como siete segundos, fue cálido y no uno de los mejores de su vida). La imagen, publicada en la revista Life en 1945, había llegado entonces a sus manos, pero había mantenido su identidad oculta porque aseguró sentir “algo de vergüenza”… daros cuenta del momento exacto de la toma de la foto, esa sociedad del ‘American Way of Life’ (si habéis visto Pleasantville sabréis a qué me quiero referir)… entended a la buena de Edith.

“El muchacho me agarró, yo cerré los ojos y… después me dejó sola y yo me marché”. Asegura ella, echando por tierra las románticas ideas de quienes se esperaban una tórrida historia de amor y desencuentros tras aquel pasional beso. “Por supuesto que le dejé besarme, porque había estado en la guerra, luchando por todos nosotros, y realmente me sentí feliz de hacerlo”, afirma ahora sin remilgos la enfermera que entonces contaba con 26 lozanos años. En la foto EDITH SHAIN, LA ENFERMERA, 60 AÑOS DESPUES. (Foto: AP)

Desde 1979 la deuda de Edith con la sociedad está saldada. Hasta el propio Eisenstaedt asegura que, efectivamente, la hermosa enfermera que es tomada en un arranque de efusividad y llevada directamente al éxtasis de un beso lleno de victoria y alegría, es Edith Shain, y eso que otras dos mujeres aseguraron también ser ‘ELLA’. Hoy, esta buena mujer ronda los noventa y vive en la otra punta del país -California-, donde disfruta de su jubilación de maestra de escuela, sus nietos y sus retacitos de gloria. Se la pudo ver, no obstante, hace un par de años, inaugurando una estatua de J. Seward Johnson (llamada ‘Rendición incondicional’) que, de nuevo, la inmortalizaba como símbolo supremo de la alegría desbocada tras la guerra, en esa misma Times Square que vio el famoso beso en versión original sesenta años atrás.

La identidad del apasionado marinero es ya otro cantar. Y es que no han sido tres los hombres que han asegurado ser ese arquetipo de la victoria aliada, sino 11 los antiguos miembros de la marina de los Estados Unidos quienes pretenden tener el honor de haber sostenido en sus brazos a Edith el día de la esperada victoria. Son, entre otros, el policía retirado Carl Muscarello y el pescadero de Rhode Island George Mendosa (que hasta demandó a la revista Life). Aunque ninguno de los dos ha podido hacerse con tal honor, la pugna continúa.

Muscarello, tan anciano como Edith, lleva años firmando autógrafos como protagonista de la foto y rememora aquel momento siempre que pilla a alguna desprevenida ‘enfermera’, siempre entre risas y acompañado por un sorprendente buen humor. Mendosa, denuncia a Life mediante, ha llegado a recurrir a las más modernas tecnologías para demostrar que su hoy ajado rostro de 84 años, es el de aquel jovenzuelo marinero en plena efervescencia desbocada. Pero es difícil lograr dilucidar esta cuestión pasado tanto tiempo, porque es cierto que no se le ve muy bien el rostro al soldado y, todos los reconocen, hubo cientos de avispados marineros que sembraron mil besos en mejillas y labios de bellas y exultantes enfermeras ese loco día de alegría. Muchos de ellos no fueron fotografiados o, si lo fueron, nunca llegaron a saberlo. Ellos dos, como otros muchos, borrachos y presos de la euforia tomaron las calles de Nueva York, para celebrar con alegría el final de muchos meses de guerra y allí, entre bastidores, donde se mueven los que pasan desapercibidos, estaba Alfred Eisenstaedt, genial fotógrafo de crónica social, que aquel día consiguió su trabajo más reconocido.
Foto: VJ day in Times Square (Beso del marinero y la enfermera)
Autor: Alfred Eisenstaedt (Life Magazine)
Lugar y fecha: Times Square (Nueva York), 14 de agosto de 1945
Categoria: Fotoperiodismo / Sociedad (II Guerra Mundial)
Distinciones: Portada Life (agosto 1945)

Fuente: http://www.taringa.net/posts/imagenes/1683370/Lo-que-cuentan-las-im%C3%A1genes___.html

La ejecución de Benito Mussolini


El fin de la guerra sigue siendo cruento en Italia. El 29 de abril de 1945 llega a Milán un camión proveniente del Lago di Como transportando los cadáveres de Benito Mussolini y su amante, Clara Petacci. Los descargan en la Piazzale Loreto. La masa enardecida se lanza sobre los cuerpos sin vida y los patea con furia antes de colgarlos cabeza abajo junto a una gasolinera.
Hace poco que se pudo ver por primera vez en Italia un histórico material fílmico de 16 minutos, en los que un camarógrafo registró estos acontecimientos. "Cada uno muere de acuerdo a su carácter", había dicho el mismo Mussolini en el auge del poder fascista.


El "Duce", que despreciaba a s pueblo, terminó siendo odiado por el mismo. "El carácter italiano padece de superficialidad, ligereza y la creencia de que todo saldrá bien", había sentenciado Mussolini sobre sus compatriotas. Los calificó de "un pueblo de ovejas". Pero fue el dictador mismo quien se mantuvo hasta el final su ceguera sobre la situación militarmente sin salida a que había llevado a su país.
Su ascenso había sido tan vertiginoso como lo fue su derrumbe.


Nació el 29 de julio de 1883 en un hogar modesto en la localidad noritaliana de Predappio. En 1921 ingresó como diputado al Parlamento italiano. Un año después, tras la "Marcha sobre Roma", logró formar su primer gobierno.
Al lograr los fascistas en 1924 el 65 por ciento de los votos, comienza un año después la era del dictador. "Yo no inventé el fascismo, sólo lo saqué a la luz a partir del inconsciente de los italianos", intentó explicar el "Duce".
A pesar de fracasos y amargas derrotas -como en Etiopía, Albania, Grecia y el norte de Africa- logró mantenerse en el poder hasta 1943.
Al vislumbrarse la derrota en el campo de batalla fue derrocado y detenido por la dirección de su mismo partido, el Gran Consejo Fascista. La frase de Mussolini "se requiere de un par de cientos de muertos para sentarse a la mesa de los vencedores" no había resultado.
Sus aliados alemanes lo liberaron de su prisión en la fortaleza de Gran Sasso, en los Abruzzos, y lo impusieron como líder del régimen títere de la República de Salo. Pero su destino ya estaba sellado.


Tras fracasarlas negociaciones que intentó con los partisanos de la resistencia antifascista quiso huir de Italia. Mussolini se escondió, disfrazado de militar alemán, en un camión del Ejército nazi que debía llevarlo a través de Suiza hasta Alemania.
Pero los partisanos lo reconocieron junto al Lago di Como, lo apresaron y un día después, el 28 de abril de 1945, lo fusilaron junt a Clara Petacci sin juicio previo.


El arma que mató al "Duce" y a su amante ha sido objeto de recientes debates en Italia. La pistola ametralladora "Mas" calibre 7,65 está desde hace años en exposición en el Museo Nacional de Historia de Albania. Pero sólo hace poco tiempo se descubrió una carta del jefe partisano Walter Audisio, en la que lega el arma al "heroico pueblo albanés como muestra de mi profunda admiración", con lo que quedó probada la autenticidad de la pistola ametralladora.
La nieta del "Duce" y actual diputada del partido neofascista Alternativa Social, Alessandra Mussolini, critica: "Italia no debe tolerar ningún fetichismo histórico. La ejecución de Mussolini sigue siendo un asesinato, un crimen que no puede ser justificado de ningún modo".
El fin de Mussolini fue violento, público y una especie de acto de revancha liberador para una población italiana al borde de la desesperación. A pesar de ello, el "Duce" sigue omnipresnte en la península, y no sólo a través de las obras monumentales construidas durante su régimen que siguen en pie, sino también en la mentalidad de la gente.
Muchos italianos ven hoy día en Mussolini a una víctima de Hitler, no a su cómplice. El actual ministro de Relaciones Exteriores italiano, Gianfranco Fini, perteneciente a la derechista Alianza Nacional, lo celebraba en 1994 como el "más grande estadista del siglo".
Mussolini se equivocó al escribir en 1943 durante su prisión en la Isla Ponza: "La memoria sobre mí se verá extinguida en pocos años."

Fuente: http://www.correodelsur.net/2005/0501/sumario3.shtml
-Documental sobre Benito Mussolini
-Biografía de Benito Mussolini
-Video ejecucion Mussolini (1/2) (2/2)

El Código Morse


El sistema de escritura Morse debe su nombre a su inventor, el pintor y físico estadounidense Samuel F.B. Morse (1791-1872), quien lo inventó en 1830 para que sirviera de medio de comunicación en la telegrafía eléctrica. Tanto en Estados Unidos como en Europa le negaron el registro de su invento, hasta que en 1843 consiguió una financiación del gobierno americano para la construcción de una línea telegráfica entre Washington y Baltimore. Al año siguiente se llevó a cabo la primera transmisión y el éxito fue tal, que se formó una compañía que cubría el territorio americano de líneas telegráficas. Cuando en 1860 Napoleon III le concedió un justo premio de reconocimiento por su invento, en Estados Unidos y Europa ya habían numerosas instalaciones "morse". Al morir, el continente americano estaba cruzado por más de 300 mil kilómetros de líneas.

El código se transmite por impulsos eléctricos de diversa longitud o medios mecánicos o visuales, tales como luces parpadeantes.

El sistema representa las letras del alfabeto, los números y otros signos mediante una combinación de puntos, rayas y espacios. Cada punto representa una unidad (este tiempo de duración es de aproximadamente 1/25 segundos) y cada raya tres unidades. Los espacios entre las letras es de 3 puntos y 5 puntos entre palabras. El sistema que inventara Morse fue mejorado después por un ayudante suyo llamado Alfred Vail. Tras su introducción en Europa se hizo evidente que el código original Morse no era adecuado para la transmisión de textos que no fueran en inglés, al faltarle códigos para letras con signos diacríticos. Para remediar esta deficiencia se diseñó en una conferencia europea de naciones, celebrada en 1851, un Código Morse Internacional al que también se le conoce como Código Morse Continental. Aunque los dos sistemas son similares este último es más simple, y preciso. Por ejemplo, las rayas en el Código Internacional son de longitud constante mientras que en el original eran de longitud variable.

En 1938 se realizaron algunos cambios menores si bien la industria telegráfica americana ha seguido usando el Código Morse original.

Fuente: http://www.otae.com/morse/
-CÓDIGO MORSE
-Aprendiendo el Código Morse en minutos

La gran hambruna irlandesa de la patata.

Se denomina la Gran hambruna irlandesa (en inglés Great Famine o Great Hunger y en irlandés An Gorta Mór o An Drochshaol) a la situación de falta de alimentos ocurrida en Irlanda causada entre otros motivos por la escasez entre los años 1845 y 1849 en Irlanda de un producto alimentario básico para la población: la patata o papa; por lo que también es conocida como la Irish Potato Famine (Hambruna Irlandesa de la Patata (papa)).

La hambruna se gestó durante unos 50 años por la desastrosa concurrencia de factores como la ineficiente política económica del Reino Unido, los métodos de cultivo inadecuados y la desafortunada aparición del tizón tardío, racha o mildium de la papa provocado por el hongo Phytophthora infestans que destruía rápidamente la patata que era uno de los alimentos más importantes de la época.[1] Las consecuencias de la hambruna se dejaron sentir hasta después de 1851. No se registró el número de muertes causadas por la hambruna, pero la cifra estimada se sitúa entre 500.000 y un millón de víctimas en los años siguientes a 1846.

Además, dos millones de desplazamientos fueron motivados por el desastre y otros tantos emigraron a Gran Bretaña, los Estados Unidos, Canadá, Chile, Argentina y Australia en lo que se conoció como la Diáspora Irlandesa.

La Gran Hambruna fue una catástrofe social, biológica, política y económica. Hay una notable diferencia entre la Gran hambruna y otras crisis humanas que ocurrieron en el imperio, a la vez que la Revolución industrial.

Marcó una línea divisoria en la historia de Irlanda. Sus efectos cambiaron en forma permanente el panorama demográfico, político y cultural de la isla. Tanto para los irlandeses nativos como para los emigrados y sus descendientes, la hambruna ingresó en la memoria del pueblo y se convirtió en un punto de sustento para diversos movimientos nacionalistas. Los historiadores modernos la ven como una frontera en la narrativa histórica de Irlanda, refiriéndose al período precedente como la historia "pre-hambruna".

Los efectos de la hambruna continuaron por décadas y la población de Irlanda todavía no ha recobrado los niveles de la pre-hambruna. Entre 1841 y 1851 la población del país disminuyo de 8.2 a 6.6 millones.

Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Gran_hambruna_irlandesa

-El milagro económico irlandés.


El accidente aéreo del Manchester United en Múnich

Historia
El 6 de febrero de 1958 la plantilla al completo del Manchester United volvía a Inglaterra de disputar los cuartos de final de la Copa de Europa ante el Estrella Roja de Belgrado, uno de los dos grandes clubs de Serbia, por aquel entonces, Yugoslavia. El United había empatado, 3-3 (5-4 en total para los ingleses), y se clasificaba para las semifinales donde esperaba el equipo local AC Milan.
Ya en el aeropuerto de Belgrado las cosas no comenzaban a ir bien. El vuelo 609 de la British European Airways que les llevaría de vuelta a Manchester retrasó su salida una hora, ya que el jugador Johnny Berry había perdido su pasaporte. El avión tenía previsto hacer una parada técnica en Múnich para repostar combustible. El aparato era un Airspeed Ambassador charter, y con matricula G-ALZU

El accidente
El capitán James Thain, realizó dos intentos de despegue pero se vio obligado a desistir debido a diversos problemas que sufrían los motores. El tiempo aquel día no acompañaba ya que el viento era importante y la pista estaba helada. En el tercer intento, a las 3:04 de la tarde, el avión falló al ganar la altura adecuada y se estrelló en unas tierras colindantes al aeropuerto, en una casa, en la que no se encontraba nadie.
Aunque las primeras investigaciones señalaban al piloto como el responsable del accidente, más tarde se supo que el accidente había sido causado por la formación de aguanieve al final de la pista, lo que causaba deceleración en el avión, impidiendo así que volviese a subir a una velocidad de vuelo segura. A pesar de estas conclusiones, las autoridades de la Alemania Occidental (que eran las responsables directas del accidente), emprendieron acciones legales contra el capitán Thain. Así pues, el gobierno alemán convirtió a Thain en el responsable principal y directo de la tragedia, a pesar de hallarse pruebas congruentes y testigos del accidente que exculpaban al piloto.
La defensa de las autoridades alemanas, tomo como prueba una fotografía del avión (publicada en los medios de comunicación) poco antes del accidente en la que se veía nieve en la parte superior de las alas del avión. Sin embargo, cuando el negativo original de la foto fue examinado, no había indicios de nieve en las alas de la aeronave. Por alguna extraña razón, los testigos del caso no fueron llamados a declarar por las autoridades germanas y solo se tomaron acciones judiciales en contra del piloto, las cuales finalizarían en 1968, siendo declarado como inocente de cualquier responsabilidad del accidente. Thain, que poco después del accidente fue despedido por la BEA, se jubiló y volvió a su hogar en Berkshire como granjero. Moriría en 1975 y a la edad de 53 años, como consecuencia de un paro cardíaco.
Siete futbolistas del United que viajaban en el avión murieron en el acto. Duncan Edwards, una de las mayores promesas del país, moriría de sus heridas el 21 de febrero a la edad de 21 años y otros dos jugadores debían abandonar la práctica del fútbol debido a sus lesiones. El entrenador, Matt Busby también tuvo que ser hospitalizado tras el impacto.

Vida tras la tragedia
El United tuvo que ser reconstruido completamente y esa reconstrucción giró en torno a Bobby Charlton, superviviente del accidente y uno de los futbolistas con más proyección en ese momento en el fútbol mundial. Frente al Sheffield Wednesday, un United compuesto por reservas y canteranos continuó la inhercia ganadora de la etapa de antes del accidente y ganó 3–0 en el primer encuentro disputado tras el accidente con Jimmy Murphy como entrenador. Como curiosidad de aquel partido, el programa que se repartía con la alineación estaba en blanco sin que hubiese ningún jugador del Manchester escrito en él.

Pese a tener que formar rápidamente un equipo lo más competitivo posible, los diablos rojos con una plantilla de circunstancias y en transición, no pudieron lograr los éxitos repetidos antes de la tragedia. Pese a ello el Manchester United consiguió llegar a la final de la FA Cup, perdiendo contra el Bolton Wanderers por 2-0. Busby retornó al cargo de entrenador a la temporada siguiente y trató de construir una nueva generación de "Busty Babes", incluyendo a George Best, que contribuyó a ganar la Copa de Europa una década después del desastre, en 1968 y derrotando al Benfica.

Víctimas
24 personas murieron. Los fallecidos fueron los siguientes:
* Futbolistas: Geoff Bent, Roger Byrne, Eddie Colman, Duncan Edwards, Mark Jones, David Pegg, Tommy Taylor y Liam Whelan.
* Directivos y cuerpo técnico: Walter Crickmer (secretario), Bert Whalley y Tom Curry (entrenador).
* Periodistas: Alf Clarke (periodista del Manchester Evening Chronicle), Don Davies (periodista del Manchester Guardian), George Follows (periodista del Daily Herald), Tom Jackson (periodista del Manchester Evening News), Archie Ledbrooke (periodista del Daily Mirror), Henry Rose (periodista del Daily Express), Eric Thompson (periodista del Daily Mail) y Frank Swift (periodista del News of the World y también portero del Manchester City).
* Otros: Capitán Kenneth Rayment (co-piloto), Bela Miklos (agente de viajes), Willie Satinoff (aficionado) y Tom Cable (tripulación)

Supervivientes
21 personas salvaron la vida del trágico accidente:
* Futbolistas: Johnny Berry, Jackie Blanchflower, Dennis Viollet, Ray Wood, Bobby Charlton, Bill Foulkes, Harry Gregg, Ken Morgans y Albert Scanlon.
* Otros: Matt Busby (entrenador del Manchester United), Frank Taylor (periodista), James Thain (capitán), George Rodgers (oficial de radio), Peter Howard y Ted Ellyard (fotógrafos), Sra.Vera Lukic y su hija Venona (pasajeras salvadas por el futbolista Harry Gregg), Sra. Miklos (esposa de Bela Miklos, el agente de viaje muerto en el accidente), Sr. Tomasevic (pasajero), Rosemary Cheverton y Margaret Bellis (tripulación).

En el estadio del Manchester United hay un reloj que marca siempre la hora a la que ocurrió el trágico accidente

Fuente: http://www.realmadridfans.org/foro/index.php?showtopic=23210
-Video de la tragedia -En inglés

El Chaleco Antifragmentos

Los chalecos antifragmentos están presentes en la práctica totalidad de los Ejércitos actuales, y gracias a la introducción de planchas cerámicas y nuevos materiales, ofrecen cada vez mayores niveles de protección.

Para diseñar estos elementos de protección personal es fundamental que el material empleado cuente con una gran resistencia balística (alta capacidad de soportar impactos) y que sea ligero y cómodo. Es sumamente importante que la deformación que sufra tras recibir un impacto no dañe al soldado que lo porta.

Este es el motivo por el cual no es conveniente usar en su fabricación planchas pequeñas, ya que la energía cinética que asume una masa pequeña, trasmite una gran velocidad de desplazamiento, haciendo que la plancha penetre en el cuerpo del soldado y le origine graves heridas.

Ya en la antigüedad se usaba como protección todo tipo de materiales: cuero, madera, malla y en mayor medida placas metálicas.

Sin embargo a partir del S.XVII y con el perfeccionamiento de las armas de fuego, las protecciones dejaron de utilizarse, ya que éstas resultaban cada vez más gruesas y pesadas.

Durante la Guerra de Secesión americana éste elemento volvió a aparecer en forma de planchas pectorales. Hay fuentes que afirman que los chalecos eran comprados de forma individual por los soldados de la Unión a los vendedores ambulantes que recorrían los campos de batalla. Estaban formados por planchas metálicas muy pesadas que soportaban un impacto de un calibre .45 a 3m, pero su uso era terriblemente incómodo y sus usuarios eran objeto de continuas bromas por parte del resto de los soldados.

En la WWI y con el fin de que los soldados se protegieran en las trincheras de la metralla producida por morteros, ametralladoras y proyectiles rompedores de artillería, se volvieron a utilizar. En aquellas lamentables condiciones higiénicas era relativamente fácil morir a causa de las infecciones contraídas a causa de las heridas.
En el Ejercito Francés, el General Adrian diseñó una placa protectora que fracasó debido a su incomodidad.

Los alemanes fabricaron 50.000 protectores llamados Infanterie-Panzer. Se dispuso de dos modelos, uno de 10 y otro de 11 Kgr. Eran usados por centinelas, personal de ametralladoras y sobre todo, por los zapadores.

Los británicos usaron muchas protecciones. La más utilizada fue el Dayfield (20.000 unidades), formada por dos placas separadas que protegían el pecho y el cuello. En general, y debido a su excesivo peso, no fueron muy populares.

Desde la finalización de la WWI no hubo avances en el diseño de los chalecos antifragmentos hasta que las tropas británicas fueron evacuadas de Dunkerque. Fue entonces cuando el Ejército Británico empezó a estudiar las heridas de sus hombres para que basándose en ellas, sus equipos de investigación desarrollaran nuevos prototipos.

De esos estudios surgió el MRC Body Armour, que estaba formado por tres planchas de 1mm unidas por correas y que protegían pecho, abdomen y espalda.
El Ejército Americano también probó el MRC y concluyó que además de ser demasiado caro para que lo usara la infantería, el peso disminuía la eficacia de sus hombres en combate (se utilizó no obstante en Market Garden). Por ese motivo se acordó que fuera usado únicamente por las tripulaciones y los pilotos de las Fuerzas Aéreas, a los cuales el portarlo y el peso apenas afectaba para que desarrollaran sus operaciones de forma totalmente normal, y así además se paliaban las bajas debidas al fuego antiaéreo.
El Army Ordnance Department y varias instituciones civiles lanzaron unos 23 tipos de chalecos para el personal de las Fuerzas Aéreas, y fue usado por tripulaciones y pilotos de bombarderos como los B-17, B-24, B-25 y B-26.

En 1943 y tras los resultados satisfactorios de estas prendas entre los aviadores, se iniciaron las investigaciones encaminadas a buscar materiales no metálicos y combinarlos para un chaleco que fuera usado por las tropas terrestres. Se cotejaron datos de las 57 Divisiones norteamericanas y al comprobar que el 95% de los heridos eran soldados que combatían a pie y que representaban sólo en 68% del total, se aceleró la propuesta.
Fruto de estos estudios surgió un material denominado Doron, formado por capas de fibra de vidrio unidas por una resina de celulosa.

A su vez, el Ejército Japonés disponía de sus propios modelos de chalecos antifragmentos, y el Tte. Coronel Ridgeway Trimble que por entonces era Jefe del Servicio Quirúrgico en el 118º Hospital General de Sydney, copió el diseño y lo adaptó en función de los datos que poseía de las zonas más comunes donde se producían las heridas. A partir de los estudios de Ridgeway se fabricaron otros modelos experimentales como el T34, T36, T39 y el T64 que fue estandarizado y conocido a partir de 1945 como Chaleco M-12. Estaba construido en base a la unión de nylon-aluminio. Se fabricaron 53.000 unidades.

Los informes resultantes de las bajas producidas durante la Guerra de Corea confirmaron las conclusiones extraídas durante la WWII, el 92% de las heridas eran producidas a consecuencia de la metralla, mientras que el 7,5% eran debidas a fuego de armas ligeras. Eso propició en envío de 500 chalecos Doron a la 1ª División de los Marines y que en los laboratorios de los EEUU se siguiera ensayando de forma intensa con diversos materiales.
Antes del fin de la guerra se fabricó el modelo M-1951, que era básicamente el modelo Doron pero con capas de nylon intercaladas entre sus placas. El resultado fue magnífico ya que las heridas abdominales se redujeron en un 70%.

Durante la Guerra de Vietnam y el conflicto del Ulster se usó el modelo M-69, que protegía también el cuello con una especie de solapas y estaba fabricado con capas de nylon-vinilo. También se uso el M-1952 que era una “evolución” del M-1951 y el M-1955, asignado a los Marines y que suponía un precio de 47 dólares por unidad.

Con el calor y humedad reinante en Vietnam, era normal que los soldados no quisieran usarlos y a veces los llevaban totalmente desabrochados. El Cuerpo de Marines impuso de forma inflexible la obligatoriedad de un uso correcto y aunque su uso prolongado en climas cálidos resultaba estresante, se reflejó en que las bajas se redujeron notablemente respecto a las del resto de unidades.
En Vietnam se empezó también a dotar a los miembros de la Fuerza Aérea de chalecos compuestos de planchas de materiales cerámicos y que serían el precursor del Variable Body Armour de 1968. A los equipos SEAL se les dotó de un modelo fabricado con planchas de titanio y nylon.

Los materiales que forman lo chalecos antifragmentos utilizados en la actualidad empezaron a estudiarse a finales de los ´60. Se trata en concreto de las poliaramidas, elementos estos de gran resistencia estructural y cuya tenacidad (gr/denier) establece los grados de protección que ofrecen en cada caso.
La primera de este tipo de sustancias en aparecer fue el Kevlar, que se obtuvo en 1965 gracias a los Laboratorios DuPont. Se consiguió pulverizando una poliaramida disuelta en un disolvente especial. Al evaporarse este producto resulta una fibra con una tenacidad de 26g/d, muy superior al Nylon (8gr/d) y a la Seda (5gr/d).
El Kevlar, gracias a la fuerte unión de los enlaces entre sus moléculas estructurales, ofrece 5 veces mas tenacidad que un alambre de acero, tiene gran resistencia a los agentes químicos, a la tensión, al fuego, y además representa para el soldado un escaso peso. El Ejército Norteamericano incluyó el Kevlar en la composición de sus chalecos y cascos en 1978.

Hubo otros Ejércitos que no suministraron de forma generalizada chalecos antifragmentos a sus hombres hasta que empezó la Guerra del Golfo. En conflictos posteriores como los sucedidos en Bosnia y Kosovo el volumen de chalecos fue aumentando e incluso y dado el riesgo existente, se añadieron planchas cerámicas y plásticos especiales que les convertían en chalecos antibalas.
También a partir de 1988 se empezó a usar un polietileno conocido comercialmente como Spectra, fruto de las investigaciones en el Laboratorio Allied-Signal, y que cuenta con mayor tenacidad que el kevlar (35gr/d), pero una capacidad de elongación menor.
En años posteriores la DARPA (Agencia para Proyectos Avanzados de Investigación de la Defensa) sacó un concurso para que las empresas desarrollaran nuevas tecnologías que se pudieran aplicar a los equipos de protección personal y que los materiales fueran capaces de resistir la penetración de munición perforante de 7,62mm, pero con una densidad de 1,75Kgr en una superficie de 0,1m.

Los chalecos se clasifican en función de su resistencia ante las distintas municiones. La siguiente tabla muestra los niveles de protección balística para blindaje corporal según las Normas Oficiales Norteamericanas (NIJ).

En Afganistán e Irak, los marines norteamericanos empezaron a utilizar a finales de 1999 un chaleco que pesaba 7 Kgr y estaba compuesto de placas de carburo de Boro capaces de resistir impactos de un calibre de 9mm a quemarropa y que incluían solapas extraíbles que cubren partes vulnerables como ingle, garganta y cuello. Las investigaciones posteriores se centraron en reducir el peso hasta 4.5 Kgr, que se ajustese como una “segunda piel” y que contaran con una válvula termostática que actúe en función de la temperatura existente en el teatro de operaciones.

En 2004 se iniciaron las investigaciones sobre un blindaje de un polietileno líquido llamado STF. En condiciones normales el STF es muy deformable, pero una vez que es golpeado por una bala o fragmento, se transforma en un material rígido que impide que el proyectil penetre en el cuerpo del soldado.
Las tropas americanas usan en la actualidad los chalecos “Interceptor”, que cuenta con un Nivel de protección balística IIIA.

Las normas OTAN establecen que los chalecos antifragmenteos deben contar con el tratamiento antirrefacción de rayos infrarrojos (IR) que evite que los soldados se transformen en “una antorcha” y por tanto en un blanco fácil en un escenario bélico. También hay que tener en cuenta que la humedad afecta negativamente a las propiedades de estos elementos. Su vida útil es de 10 años, a partir de la cual se habla de “chalecos caducados”, ya que han perdido la efectividad como medida de protección del personal militar.

Fuente. http://laultimabatalla.wordpress.com/2009/04/10/chaleco-antifragmentos/

-http://www.engardespain.com/index.htm