Los Autos de Fe de la Inquisición

Auto de fe o Acto de fe es una ceremonia de carácter religioso-civil instituida por el Tribunal de la Inquisición en función de la cual las personas condenadas al suplicio del fuego o a otros castigos eran conminadas a hacer públicamente un acto de fe para merecer así el perdón y la salvación de su alma en el otro mundo. Por extensión se llama auto de fe a la acción de destruir objetos mediante el fuego, así un auto de fe de libros equivale a quemarlos en una pira.
Procedimiento
Antes de llegar al escenario donde tenía lugar esta ceremonia, los reos pasaban por un proceso que comprendía una serie de pasos (acusación, sentencia, prisión) hasta llegar al punto final del auto. Tras la acusación de herejía, apostasía, brujería o magia, la persona era juzgada por el Tribunal de la Inquisición y en el caso de encontrarle culpable era encarcelada a la espera del Auto de fe donde les aguardaba la quema o la prisión perpetua, según el delito y según el arrepentimiento que demostraran a lo largo de todo un año (en la mayoría de los casos). Durante ese tiempo de prisión algunos de los acusados podían llegar a arrepentirse para abrazar de nuevo la ortodoxia católica. A estas personas se les llamaba reos reconciliados y se les perdonaba la vida y así se hacía saber el día de la ceremonia. Los acusados y condenados a muerte, ya fuera garrote o quema en la hoguera eran llamados reos relajados.
Procesión y signos externos
Al igual que en una representación teatral, los personajes que participaban en el Auto de fe, vestían de acuerdo con su cometido y categoría. El cortejo que se formaba para llegar hasta el lugar de la representación tenía también sus normas en cuanto al orden y distribución de los participantes. Los reos eran conducidos de madrugada desde la prisión de la Inquisición hasta la capilla del Santo Oficio de donde salía formada toda la procesión. En algunos lugares llamaban a este desfile la procesión de la Cruz Verde por ser esta cruz el símbolo de la Inquisición. La cruz iba a la cabeza de la comitiva enarbolada por el fiscal del Tribunal que solía marchar a caballo. Detrás de él, a pie, caminaban los reos reconciliados portando cirios encendidos en señal de penitencia. A continuación iban los frailes dominicos precediendo a los reos relajados, es decir, a los condenados a muerte. Estos reos iban vestidos con una especie de casulla llamada sambenito, pintada con escenas del infierno, con terribles llamas y figuras de condenados. En la cabeza soportaban la coroza o capirote, una especie de cucurucho también pintado con símbolos infernales, generalmente hecho de cartón, que resultaba grotesco y humillante. Tras ellos iban los llamados familiares de la Inquisición que en algunos escritos figuran como los ojos y los oídos del Santo Oficio y cerraban el cortejo, primero los lanceros a caballo (u otra delegación militar) y después los representantes de las comunidades religiosas existentes en la ciudad. La representación
El destino final de la procesión solía ser la plaza Mayor o cualquier otro espacio amplio. A veces el lugar escogido estaba fuera de la ciudad. Allí se levantaba el escenario donde tenían su sitio cada uno de los protagonistas del Auto, los reos, los personajes de la Corte, las autoridades de la ciudad y las autoridades religiosas. Una barrera separaba este tinglado de la muchedumbre curiosa que se amontonaba para presenciar el espectáculo que consideraba como una fiesta especial. Los relatos en que se describen algunos de estos Autos de fe cuentan que el pueblo madrugaba para “coger sitio” y no perderse ningún detalle.
Cuando llegaban y todos estaban ubicados en su lugar se iba nombrando uno a uno al reo; éste se ponía de pie, escuchaba la acusación y la sentencia correspondiente, que podía ser: Cuando llegaban y todos estaban ubicados en su lugar se iba nombrando uno a uno al reo; éste se ponía de pie, escuchaba la acusación y la sentencia correspondiente, que podía ser:
Confiscación de bienes y muerte en la hoguera
Confiscación de bienes, muerte en garrote y dado a la hoguera
Confiscación de bienes, cárcel y sambenito perpetuos
Muerte en la hoguera
Degradación (para religiosos), muerte en garrote y dado a la hoguera
Degradación, confiscación de bienes, muerte en garrote y dado a la hoguera
Sambenito y cárcel perpetuos
Una vez terminado el acto se trasladaba a los condenados a muerte a otro lugar que solía estar fuera de la ciudad, en algún escampado. Era éste el llamado brasero o quemadero donde se habían levantado tantas piras como sentenciados había. Las descripciones que se conservan cuentan que en la mayoría de los casos el quemadero era tomado como lugar de fiesta con puestos de comidas, tenderetes de todas clases, vendedores ambulantes, aguaderos, saltimbanquis y demás personajes asiduos en ferias y fiestas. Aun así, parece ser que acudía bastante menos gente que a la ceremonia del Auto propiamente dicha. Lo que en un principio pudo ser una ceremonia seria y parca, con el tiempo se fue convirtiendo en algo festivo y más cerca de lo teatral que de lo estrictamente religioso y jurídico.
Fuente: http://enciclopedia.us.es/index.php/Auto_de_fe
-Documental - Los Archivos Secretos de la Inquisición (1/3) (2/3) (3/3)
-Documental - La Inquisición Española
-Instrumentos de Tortura
-Primer Auto de Fe en Valladolid
-"El hereje" de Miguel Delibes
-Valladolid, La Ruta de los Herejes
-Copia de la época. Precioso documento del célebre Auto inquisitorial celebrado en Valladolid el 21 de mayo de 1559
-El Proceso de Carranza

1 comentario:

Anónimo dijo...

Permítame felicitarle por el buen documento que ha hecho pero se le ha olvidado añadir en la bibliografia el enlace a la página web:
http://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia:Portada